Lo que es muy significativo en Madre Trinidad es su firme voluntad de «hacer siempre y en toda circunstancia, lo que sea Voluntad de Dios». Esta convicción que encarna en todos los momentos de su vida, hace de ella una mujer de Dios y por tanto ejemplo de vida para cuantos queremos seguir al Señor.

En la convicción de que lo que el Señor le pedía era:

  • la adoración perpetua al Santísimo Sacramento,
  • la federación de monasterios de la misma Orden bajo la orientación de una Superiora Mayor,
  • el noviciado común para todos los monasterios de la misma Federación y
  • la educación cristiana de niñas necesitadas, hace las mayores renuncias y ofrece los más grandes  sacrificios que consigue superar por su vida de fe e intimidad con el Señor.

En la Maternidad de la Santísima Virgen pone el báculo en su caminar y el modelo de mujer Consagrada.

A lo largo de su vida se ganó el respeto, la veneración y el cariño de quienes la conocieron, seglares, sacerdotes y religiosas que, además de su profunda vida de oración eucarística, quedaban impresionados por su grandísima caridad en el trato cotidiano, por la capacidad de disculpar y perdonar,  por su evidente sensibilidad humana y por la pasión que ponía en acercar las almas al Señor.

La convicción de que Madre Trinidad fue una mujer toda de Dios y que su vida merecía ser puesta como mediación para que otros conozcan el gran amor que Dios les tiene y cómo les espera en el Sacramento de la Eucaristía  hace que en el año 1992  se abra el Proceso Diocesano en Madrid que es llevado a feliz término por el  Postulador Padre Crescencio Palomo el día 4 de Octubre de 2008, día de San Francisco de Asís.

Ya declarada Venerable, su proceso ha sido admitido en la Causa de los Santos en Roma bajo la dirección del postulador general de los Dominicos Padre Tomás Vito.

Además de sus escritos autobiográficos se han sacado varias publicaciones para quienes deseen conocer con más profundidad su vida:

  • Por un ideal.
  • Nunca te rindas.
  • Vida y Obra de Madre Trinidad Carreras.
  • Tras las rutas de Madre Trinidad.
  • Trinidad y los niños.

Comienza en la Diócesis de Madrid en el año 1992 llevado por el Postulador Padre Crescencio Palomo y termina el día 4 de Octubre de 2008, día de San Francisco de Asís. Ya declarada Venerable, su proceso ha sido admitido en la Causa de los Santos en Roma bajo la dirección del postulador general de los Dominicos Padre Tomás Vito.

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