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VIDA DE MADRE TRINIDAD PASO A PASO VII: TOMA DE HÁBITO

Pasaron dos años de postulantado y la comunidad no daba el hábito a Mercedes, la cual vivía en espera que ese día llegase. Muy ocupada en el trabajo de limpieza y de servicio en las oficinas, apenas si pisaba el noviciado. Mercedes comprendió, que debía pedir el santo hábito y así lo hizo. La respuesta fue negárselo porque le parecía a la comunidad, que no tendría fuerzas para llevar las vigilias y ayunos establecidos en las Constituciones, pues se había quedado muy flaca y sentía debilidad de estómago.

Mercedes, acudió a la Virgen a pedirle fuerzas, y que la enseñara a trabajar e impidiera que la echasen de San Antón, donde ella, se encontraba feliz con los trabajos y austeridades de vida, que le daban ocasión de llevar la pasión de Jesucristo grabada en su alma.

Su tía, sor Mercedes de Jesús Crucificado, a la que tenía cariño, con la que apenas tenía contacto debido a la rigurosa observancia, también se oponía a que su sobrina permaneciera en San Antón. Un día aprovechando que la abuela iba a visitarla, dijo a Mercedes: “Prepare sus cosas que se va con la abuelita…”. Sorprendida Mercedes, contestó bruscamente a la tía, por lo que la abuela la reprendió y la amenazó con quitarle la pensión de una peseta diaria, y se negó, a darle la dote que le había prometido si se empeñaba en quedarse allí.

Tras este acontecimiento, Mercedes acudió a la tribuna donde oraba hecha un mar de lágrimas. “El Señor –dice– se desagradó tanto de mi soberbia, que se ocultó, y, a pesar de buscarlo arrepentida, aquella turbación interior le desagradó tanto a Jesús, que estuve todas las horas allí seca como un palo y sin poder desechar aquella pena horrible de desconfianza y despecho. No sabía qué hacer. Al día siguiente no me atrevía a comulgar, a pesar que quise desechar el consentimiento a aquel tropel de tentaciones que venía sufriendo desde el día anterior y toda la noche”.

Con el apoyo de la Madre Maestra, y con muchos actos de contrición recibió la sagrada Comunión. con más fe, amor y humildad.

Muy confortada por el Señor en la comunión, dio cuenta a la madre Maestra y pidió hablar con la madre Abadesa, a quien le rogó le concediera quedar de hermana de obediencia o lega, para lo que sentía atractivo, pues una vez que la abuela le había negado la dote, entendía ser esta la voluntad del Señor. La madre Abadesa, madre María Bruna, que siempre la había defendido y la defendería después para que se quedase en San Antón, le negó tal petición por que ella, estaba convencida que Dios la quería para algo mayor.

El 17 de septiembre de 1895, en una nueva elección de Abadesa, eligieron a la madre María Gabriela, que tenía mucho interés de que Mercedes saliese de San Antón. Gracias a la Madre Bruna, Mercedes pudo quedarse unos meses más, llena de dudas y sufrimiento. Ella quería quedarse; la Abadesa y otras monjas, entre las que se encontraba su tía, le decía que se fuese, tampoco los confesores se ponían de acuerdo.

Le prepararon una bonita salida: marchar al convento de clarisas de la Encarnación de Guadix, donde era abadesa su tía María Paz, o a las capuchinas de Toledo. Ambos conventos estaban dispuestos a admitirla. Después de mucho pensarlo, y no encontrando otra salida, Mercedes determinó escoger el convento de capuchinas de Toledo, por ser de clausura y de más rigurosa observancia.

Tras conversar con el Padre Ambrosio de Valencina, este, le aconsejo tres días de retiro. Mercedes pidió permiso para este retiro, que le fue concedido, y al tercer día, dice, estaba dispuesta a ir donde quisieran llevarla.

Pero no dejó de pedir que la admitiesen, y la madre Abadesa, ante la evidencia de los hechos, la sometió a la votación secreta de la comunidad, el día 28 de octubre de 1896. Eran veintiocho monjas de coro con derecho a voto, y el resultado fue de veintiséis a favor y dos en contra. De esta forma todo quedó resuelto y Mercedes pudo acercarse a recibir el santo hábito de capuchina el día 21 de noviembre, fiesta de la presentación de la Virgen María, de 1896. Durante la ceremonia de vestición del hábito le cambiaron el nombre de Mercedes por el de sor Trinidad del Purísimo Corazón de María.

Causa Madre Trinidad Carreras

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