”Aquí atendemos el Santuario de la Virgen de Gádor, patrona de Berja y el “Colegio Virgen de Gádor” que imparte educación infantil, primaria y secundaria; mantienen un internado de 30 a 40 niñas de los pueblos vecinos. Colaboran en la catequesis de Primera Comunión y Confirmación en la parroquia de Berja
La casa de Berja, bajo el manto de nuestra Sra. del Gádor, no fue la primera fundación de Madre Trinidad, pero si es considerada la primera casa de la Congregación. Restaurado su culto, tras los destrozos de la guerra, seguimos allí las hijas de Madre Trinidad, continuando nuestra labor de llevar, las almas de los niños y niñas, junto con María nuestra madre, a los pies de Jesús Sacramentado.
«Tan rápidamente progresó la fundación de Chauchina que al poco tiempo no cabían en sus muros las vocaciones que llegaban. De aquí que el cardenal Casanova pensase en abrir otro convento. «La obra iba adelante –dice la madre Trinidad– y las vocaciones se aumentaban, y cuando hizo el número de 30, S. E. R. nos dijo: “Hay que buscar un nuevo palomar, un santuario de Nuestra Señora. La Santísima Virgen se ve las quiere y las prefiere, y ya me han pedido vayan a otro, ya las vendrán a buscar; mi permiso lo tienen si les conviene las proposiciones que le hará un señor Canónigo, me lo dicen”. La Abadesa le puso dificultades de parecerle pronto aquella salida, estaban en formación y temía separarlas, pero S. E. R. insistió: “Tienen ustedes por madre a la Madre de Dios y cuidará de su obra. Tenga fe que ellas seguirán a usted siempre”.»1
Esto ocurría en las Navidades de 1929 y el 19 de enero de 1930 llegó a Chauchina don Francisco González, canónigo magistral de Granada, a comunicar a la madre Trinidad que había hablado con el señor Cardenal para que fuesen a fundar en el santuario de Nuestra Señora de Gádor, a unos dos kilómetros de Berja (Almería).
Para esta fundación el señor Nuncio de S. S. en España dio rescripto el 3 de febrero de 1930 que fue ejecutado por el cardenal Casanova el 13 de dicho mes2.
Las obras del convento de Gádor se hicieron con rapidez. Las sufragó la vizcondesa de Termens, colaborando también el pueblo de Berja, que quería honrar a su patrona restaurando el antiguo convento de mínimos, del que solo se conservaban los muros.
Aunque no estaba concluida la restauración en su totalidad, sí estaba habitable el convento para poder acoger a catorce monjas, que se trasladaron el 22 de septiembre de 1930 desde Chauchina; al frente de estas monjas iba la madre Trinidad3.
Dos días después, fiesta de la Virgen de la Merced, el cardenal Casanova y Marzol inauguró el convento e impuso la clausura. En la inauguración el señor Cardenal ofició de pontifical y dirigiéndose al pueblo que había acudido les dijo: «Os he traído lo mejor de lo mejor de mi Diócesis, para que os atraigan del cielo las bendiciones de Dios»4; y a las monjas: «Cuando este convento esté lleno, iremos a otra parte»5.
Esta fue la última actuación y la última ayuda que el cardenal y arzobispo de Granada don Vicente Casanova y Marzol pudo prestar a la naciente fundación de la madre Trinidad. Poco después, durante un viaje a Roma, murió en Zaragoza el 12 de octubre de 1930. Uno de los asuntos que llevaba Roma en este viaje era el presentar personalmente las nuevas Constituciones de la fundación o reforma capuchina al Santo Padre para pedir su aprobación definitiva.
La madre Trinidad fue la primera abadesa de Berja y al parecer fue reelegida el 7 u 8 de noviembre de 1934, cuando estaba empeñada en la fundación de Braga, según se deduce de una carta de la madre Trinidad de 12 de noviembre de 1934 dirigida a don Luis Gómez6.
Este convento, como el de Chauchina, pronto se vio lleno de monjas adoradoras del Santísimo Sacramento y con esperanza de abrir nuevos conventos entre los que había una propuesta para Santander y una petición para fundar en China que le hacía monseñor Teodoro Labrador Fraile, O.P., obispo titular de Fussala y vicario apostólico de Funing (China)7″.
1 Cuad. 3, Escr. 2, pp. 70-71.
2 Cuad. 27, Escr. 7, p. 18.
3 Cf. Cuad. 34.
4 Cuad. 3, Escr. 2, pp. 70-71; cf. Cuad. 13, Escr. 4, p. 162.
5 Cuad. 13, Escr. 4, p. 162.
6 Las actas de las elecciones de Berja de esta época no se conserva, pues se perdieron con los demás documentos del convento en la Guerra Civil española de 1936.
7 «Me piden con mucho interés una Fundación de Capuchinas Eucarísticas para China. ¡Qué hacer cuando su S.S. me lo recomienda según el escrito que me envía monseñor Labrador, Obispo de Fussala, Vicario Apostólico de Fuming China!», M. Trinidad en carta a la Srta. Sofía Sánchez Alfambra del 4-12-1932.